3. La
Santa Cruz, Fiesta (rojo)
La Cruz es el
misterio,
el misterio,
del amor de Dios
PAPA FRANCISCO
“El cristianismo no es una doctrina
filosófica, no es un programa de vida para sobrevivir, para ser educados, para
hacer la paz. Éstas son consecuencias. El cristianismo es una persona, una persona elevada, en la Cruz, una
persona que se anonadó a sí misma para salvarnos; se ha hecho pecado. Y así
como en el desierto fue elevado el pecado, aquí ha sido elevado Dios, hecho hombre y hecho pecado por
nosotros. Y todos nuestros pecados estaban allí. No se comprende el
cristianismo sin entender esta humillación profunda del Hijo de Dios, que se
humilló a sí mismo haciéndose siervo hasta la muerte y muerte de Cruz, para
servir”.
“Es su
Hijo, que tomó sobre sí todos nuestros pecados, nuestras soberbias, nuestras
seguridades, nuestras vanidades, nuestras ganas de llegar a ser como Dios”.
“Un cristiano que no sabe gloriarse
en Cristo crucificado no ha entendido lo que significa ser cristiano”. Nuestras
llagas, “esas que deja el pecado en nosotros, sólo se curan con las llagas del
Señor, con las llagas de Dios hecho hombre, humillado, aniquilado”. “Y éste es
el misterio de la Cruz”:
La cruz “No es un ornamento, que
nosotros debemos poner siempre en las iglesias, sobre el altar, allí. No es un
símbolo que nos distingue de los demás. La
Cruz es el misterio, el misterio del amor de Dios, que se humilla a sí mismo,
se hace ‘nada’, se hace pecado. ¿Dónde está tu pecado? ‘No lo sé, tengo
tantos aquí. No, tu pecado está allí, en la Cruz. Ve a buscarlo ahí, en las
llagas del Señor, y tu pecado será curado, tus llagas serán curadas, tu pecado
será perdonado. El perdón que nos da Dios no es cancelar una cuenta que tenemos
con Él: el perdón que nos da Dios son las llagas de su Hijo en la Cruz, elevado
sobre la Cruz. Que Él nos atraiga hacia Él, y que nosotros nos dejemos curar”.
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