24.2.09

Tiempo suficiente para ganar el cielo



CENIZA - MARZO - CUARESMA


Dos sombras espesas nos ofrece marzo,

el mes de los cambios,

miércoles de Ceniza y Cuaresma.

El día ya ha crecido, el sol calienta,

la primavera llama con gran fuerza.


¿Seguiremos dormidos, frotándonos las manos?

Sí, la gente se mueve, no caben en la iglesia.

Todos salen pensando en su muerte,

ese polvillo oscuro de la frente

tiene un sentido ronco poderoso:

Polvo eres y al polvo has de volver.

Pero mientras que el polvo cierra el círculo,

el día de nacer y el de morir,

el hombre y la mujer siguen tranquilos.

Hoy se vive 79, 90 años

y, es tiempo suficiente para ganar el cielo.


En el pálido espejo miramos los errores,

los malos pasos dados, las caídas,

y los vamos borrando con amor.

La ceniza los quema y los destruye

y, la pascua nos llega con sonrisas,

con la hermosa y alegre primavera.

San José nos sonríe y nos alienta

y, su mano señala hacia el cielo.

¡Qué hermosa es nuestra vida, si vivimos

con pureza de alma y cuerpo!

Animo, pues, Marzuelo juguetón.






DÍA DE LA MUJER


El mundo que Dios hizo era precioso

pero nada, ni nadie lo sabía;

faltaba la conciencia de las cosas,

la gloria que a ese Dios correspondía.


Dios hizo al ser humano hombre-mujer,

un mismo ser con dos diversas caras:

los dos unidos son la humanidad.


¿Por qué la historia es tan diferente

y la mujer ha sido despreciada?

Hoy queremos honrarla, vindicarla…

Compañera del hombre, complemento,

la misma carne con el mismo espíritu,

su diferencia son los accidentes.


La mujer es amor, amor del hombre,

amor de Dios para con los dos sexos,

amor complementario, pero igual,

que hace que la pareja sea perfecta.

Juntos son efectivos, creadores,

como un todo perfecto, solidario.

Si el hombre ama a su esposa y la defiende

será un mundo fiel y cumplidor,

si la esposa responde a ese amor,

es el amor total-felicidad.

Mientras que vayan juntos a la par

es la imagen de Dios, que es uno y trino,

trinidad y uno solo-unidad.


Aquí es hombre-mujer, duplicidad.

Duplicidad en total unidad,

el misterio del hombre y la mujer

tal como Dios los hizo a su imagen.


Nada después de Dios hay tan perfecto,

nada tan santo, nada tan feliz.

Sueño de Dios, flores entrelazadas,

flores de carne viva, palpitante:

la obra más hermosa de este mundo.



P. Enrique García Santamaría cssrenriquegs@gmail.com