se repite en el ocaso,
el sol llora y se despide
hasta otro día temprano.
La fiesta de nuestra Madre
esplendores ha dejado,
julio comienza con gozos
del mes de junio en su ocaso…
Y cuando comienza julio,
otros gozos van llegando.
Nuestra madre del Refugio
que se celebra el día cuatro,
Nuestra Señora del Carmen
y su santo escapulario.
Y llegó la hermosa fiesta
del Redentor Dulce y Santo,
nuestro patrono y modelo,
que su nombre nos ha dado,
y nos recuerda su amor,
que borró nuestros pecados.
Los que ya tienen edad
recuerdan tiempos lejanos,
cuando éramos muchos Padres
para hacer todo el trabajo.
Que julio sea el aviso
de que el tiempo pide cambios,
que todos somos iglesia
y todos somos hermanos.
Todos somos sacerdotes
por el Espíritu Santo,
que nos ungió en el Bautismo
y en Cristo somos cristianos.
Qué hermosura ver el templo
lleno de ardorosos laicos,
acólitos y catequistas,
unidos en la oración,
unidos en el trabajo.
Julio es el mes de las mieses,
y todos somos llamados.