28.6.09

Redentor Dulce y Santo

SANTISIMO REDENTOR


La hermosura de la aurora

se repite en el ocaso,

el sol llora y se despide

hasta otro día temprano.


La fiesta de nuestra Madre

esplendores ha dejado,

julio comienza con gozos

del mes de junio en su ocaso…

Y cuando comienza julio,

otros gozos van llegando.


Nuestra madre del Refugio

que se celebra el día cuatro,

Nuestra Señora del Carmen

y su santo escapulario.


Y llegó la hermosa fiesta

del Redentor Dulce y Santo,

nuestro patrono y modelo,

que su nombre nos ha dado,

y nos recuerda su amor,

que borró nuestros pecados.


Los que ya tienen edad

recuerdan tiempos lejanos,

cuando éramos muchos Padres

para hacer todo el trabajo.


Que julio sea el aviso

de que el tiempo pide cambios,

que todos somos iglesia

y todos somos hermanos.

Todos somos sacerdotes

por el Espíritu Santo,

que nos ungió en el Bautismo

y en Cristo somos cristianos.


Qué hermosura ver el templo

lleno de ardorosos laicos,

acólitos y catequistas,

unidos en la oración,

unidos en el trabajo.

Julio es el mes de las mieses,

y todos somos llamados.

Redentor Dulce y Santo

SANTISIMO REDENTOR


La hermosura de la aurora

se repite en el ocaso,

el sol llora y se despide

hasta otro día temprano.


La fiesta de nuestra Madre

esplendores ha dejado,

julio comienza con gozos

del mes de junio en su ocaso…

Y cuando comienza julio,

otros gozos van llegando.


Nuestra madre del Refugio

que se celebra el día cuatro,

Nuestra Señora del Carmen

y su santo escapulario.


Y llegó la hermosa fiesta

del Redentor Dulce y Santo,

nuestro patrono y modelo,

que su nombre nos ha dado,

y nos recuerda su amor,

que borró nuestros pecados.


Los que ya tienen edad

recuerdan tiempos lejanos,

cuando éramos muchos Padres

para hacer todo el trabajo.


Que julio sea el aviso

de que el tiempo pide cambios,

que todos somos iglesia

y todos somos hermanos.

Todos somos sacerdotes

por el Espíritu Santo,

que nos ungió en el Bautismo

y en Cristo somos cristianos.


Qué hermosura ver el templo

lleno de ardorosos laicos,

acólitos y catequistas,

unidos en la oración,

unidos en el trabajo.

Julio es el mes de las mieses,

y todos somos llamados.

27.6.09

Redentor Dulce y Santo

SANTISIMO REDENTOR


La hermosura de la aurora

se repite en el ocaso,

el sol llora y se despide

hasta otro día temprano.


La fiesta de nuestra Madre

esplendores ha dejado,

julio comienza con gozos

del mes de junio en su ocaso…

Y cuando comienza julio,

otros gozos van llegando.


Nuestra madre del Refugio

que se celebra el día cuatro,

Nuestra Señora del Carmen

y su santo escapulario.


Y llegó la hermosa fiesta

del Redentor Dulce y Santo,

nuestro patrono y modelo,

que su nombre nos ha dado,

y nos recuerda su amor,

que borró nuestros pecados.


Los que ya tienen edad

recuerdan tiempos lejanos,

cuando éramos muchos Padres

para hacer todo el trabajo.


Que julio sea el aviso

de que el tiempo pide cambios,

que todos somos iglesia

y todos somos hermanos.

Todos somos sacerdotes

por el Espíritu Santo,

que nos ungió en el Bautismo

y en Cristo somos cristianos.


Qué hermosura ver el templo

lleno de ardorosos laicos,

acólitos y catequistas,

unidos en la oración,

unidos en el trabajo.

Julio es el mes de las mieses,

y todos somos llamados.







2.6.09

CRISTO, SUMO Y ETERNO SACERDOTE


J U N I O - mes hermoso


En la liturgia volvemos al tiempo ordinario. En realidad, nunca nos faltarán fiestas. Celebramos los domingos. Tenemos las fiestas de Cristo Sumo y Eterno Sacerdote, de gran contenido, la Santísima Trinidad, misterio fundamental de nuestra fe. Tenemos el Corpus y la gran fiesta del Perpetuo Socorro, Patrona de nuestra iglesia. A celebrar, pues, a alegrarnos, a gozar.



CRISTO,
SUMO Y ETERNO SACERDOTE


Existe el Cristo, grande, inmenso,

en el que todos somos sacerdotes,

nación santa, pueblo sacerdotal,

pueblo de reyes, sacerdotes y profetas.


Qué dignidad, qué grandeza,

si de verdad somos conscientes.


Yo Soy la vid, ustedes, los sarmientos,

Soy el árbol, ustedes son las ramas.

El sarmiento y las ramas son el árbol.

Un Cristo Grande, grande, infinito.

Misma naturaleza, misma vida.


Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote,

en ese Cristo yo me incluyo.

El resultado es ese, pueblo de Reyes,

nación santa, pueblo sacerdotal.


Cristo nos dice: si viven en mí,

podrán hacer las obras que yo hago.

La gloria de mi Padre es que den fruto

y así se manifiesten mis discípulos.

Ser Cristos como Él, hacer lo que Él hace.


No hay grandeza igual en este mundo,

y después en el otro para siempre.


P. Enrique García Santamaría cssrenriquegs@gmail.com