Diciembre es el final, sin agonía,
con sus nuevas auroras sonrosadas.
Pero no hay que olvidarse de la muerte,
que llega cuando menos se la espera.
Pensemos en el juicio, que la sigue.
Ella es una niña como un sol,
toda resplandeciente de pureza,
Cristo fue puro primero que ella.
Ser como ellos es la invitación,
todo es posible para el que Dios ama.
El 12 es nuestra Reina Guadalupe,
que nos preside desde el Tepeyac.
Ser fieles, cueste lo que cueste,
Será amar a nuestro pueblo mexicano.
Y finalmente, día 24
con la preparación de un limpio adviento,
una hoguera de amor el Santo Niño.
P. Enrique García Santamaría
cssrenriquegs@gmail.com
cssrenriquegs@gmail.com