LA VIRGEN Y EL NIÑO
Adán nos trajo la muerte –nos trajo la oscuridad,
perdió la gracia primera –perdió su ser inmortal.
Por la puerta del pecado –entró al mundo la maldad.
El demonio victorioso –lanzó su grito triunfal.
Al apartarse de Dios –el hombre desnudo está.
Pasaron años y siglos –bajo el reino de Satán,
pero Dios, que es bondadoso –le dio al hombre una señal:
una mujer prodigiosa –un retoño engendrará,
que aplastará la cabeza –de la serpiente infernal.
Esa mujer es María –madre santa, virginal;
y el retoño es ese niño –nacido en Navidad.
Aunque parece impotente –es un niño celestial,
Sol que iluminará el mundo –y al demonio vencerá.
Los cielos están de hinojos –ante su inmensa deidad.
Y hasta las mismas estrellas –se pusieron a temblar.
Adorémoslo con fe –de que todo cambiará.
Enero comienza el año –se ha cumplido la señal.