En la vivencia de Materdomini
P. Javier Morán Marín. C.Ss.R.
El santuario de San Gerardo Maiella nace en la colina de Materdomini sobre el alto valle del Sele, en provincia de Avellino. Materdomini toma su nombre de una antigua estatua de la Virgen en oración con semblante joven, vestida de rosa con un manto azul encontrado por algunos pastores.
Hasta 1700, Materdomini fue una pequeña fracción de pocas decenas de personas, construida en torno al templo dedicado a la Madre del Señor (Mater Domini) en el mismo punto que la encontraron. En aquellos años, Materdomini llegó a ser objetivo de peregrinajes de fieles devotos que venían de países cercanos. La fama de este lugar se debe sobre todo a San Gerardo Maiella que llegó en 1754 al convento de los padres redentoristas fundados por San Alfonso María de Ligorio. Materdomini se dedicó con infinito cuidado a aliviar las penas de los pobres. Durante la carestía del invierno de 1755 Gerardo socorrió a los hambrientos de los países cercanos que llegaban a las puertas del convento. Durante la breve experiencia misionera ayudó a los pobres, alivió a los necesitados, apoyó a los marginados. Realizó muchos milagros y fue consejero de muchas personas.
Gerardo es recordado por los extraordinarios dones de bilocación, profecía, éxtasis y visiones.
No faltan prodigiosos episodios de su santidad, por ejemplo cuanto erradicó la plaga de topos en un terreno de campesinos que le pidieron ayuda. Después de su muerte el 16 de octubre de 1755, la fama de santidad se difundió rápidamente. El 29 de enero de 1893 fue beatificado en Roma por el Papa León XIII. Con la Beatificación los peregrinos visitan su tumba y los redentoristas piensan en ampliar el pequeño templo dedicado a la Virgen. Viene la canonización el 11 de diciembre de 1904 por el Papa Pio X.
En 1974 viene erigido un nuevo y más amplio Santuario con amplios locales para acoger dignamente a los peregrinos. El santuario era en estilo neoclásico a cruz latina y a tres naves.
Desgraciadamente el terrible terremoto de 1980 destruyó todo. El nuevo Santuario fue reparado al culto en el 2000. En la nave central y en las dos laterales se han recolocado algunos antiguos altares restaurados. La urna del cuerpo del santo fue colocado a los pies del presbiterio. Una escultura de mármol que representa a San Gerardo entre la gente es colocado delante de la urna. Al peregrino que entra en la Iglesia resaltan inmediatamente las sagradas reliquias del Santo, el altar y el trono de la Materdomini.
Al lado de la Basílica, en el último lugar en el corredor del convento fue reconstruida en sus mismas dimensiones originales, la habitación donde San Gerardo habitaba durante su permanencia en Materdomini. En el portal de la puerta se puede leer “Aquí se hace la voluntad de Dios como Dios quiere y por cuanto él quiera”, como había hecho escribir San Gerardo en su ultima enfermedad.
El Santuario es atendido por los padres Redentoristas, y tienen una continua afluencia de peregrinos. La fiesta de San Gerardo es el 16 de octubre.
Todos los días acuden, al Santuario, peregrinos ya sea para agradecer u ofrecer una petición al Santo. Caminando por el santuario y en los confesonarios se respira el ambiente de oración y recogimiento propio de tantas experiencias de acción de gracias por beneficios que han recibido de San Gerardo.
En todo el año se pueden apreciar personas de lugares tanto lejanos como cercanos que visitan el santuario para buscar el espacio y el tiempo para la contemplación, la reflexión y el descanso. Se reciben tantos y tantos testimonios de niños, jóvenes y adultos, y de todos los estratos sociales. Testimonios de milagros en la enfermedad, o milagros en mujeres que después de un largo período de espera, están embarazadas y tantos pobres que le agradecen las protecciones que han recibido del santo. Se ven desfilar peregrinos junto con sus párrocos en busca de la protección de san Gerardo.
En esta sección nos proponemos ofrecer una presentación del santuario de Materdomini, así como el compartir algunos testimonios que se reciben en el Santuario mismo. Esperando que esto nos ayude a crecer más en la devoción a este santo y a implorar su protección sobre las madres y los niños, estamos a su servicio.